domingo, 13 de marzo de 2011

Sexo

SEXO. El planeta agoniza y tal vez todo se deba a una cuestión de identidad sexual. La madre tierra. La pacha mama. La diosa creadora de vida y fecundidad. La dueña y protectora de todo cuanto en ella habita, ha sido sustituida por El Hombre. En masculino. Creador y productor del progreso. Dueño y señor de los mares y los vientos. Centro del universo. Investido con la razón y orgulloso poseedor de la absoluta verdad.


El cambio de paradigma se expandió como la pólvora de la mano del progreso industrial. Viajó con los conquistadores hasta los confines del mundo. Formateó la memoria colectiva y celebró el matricidio en los altares de la gran civilización patriarcal.

El planeta se muere, y tal vez todo se reduzca a una cuestión semántica y cognitiva de cambio género. De SEXO. Siento la decepción de todos aquellos que malgastaron su tiempo leyendo mi texto atraídos por el sentido carnal y lujurioso de la palabra. No era mi intención banalizar con este sagrado vocablo mágico del mercado. Reservado queda el poder hipnótico de esta mano de midas para los trovadores del marketing empresarial. Gócenla ustedes vendedores de autos,  cazadores de audiencias y destronadores de presidentes de imperios con un solo movimiento de bragueta de becaria.


Olviden todo lo que les acabo de contar. Qué más da. Si la realidad no nace ya de la tierra, ni del hombre. Como todos sabemos, nace de la televisión.


PABLO GARCÍA-INÉS

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