domingo, 28 de agosto de 2011

Por hacerte eterna nacieron mis manos

Una especie de pellizco
en algún recoveco del alma...
Nostalgia...lo define el diccionario...
como queriendo llenar los huecos de palabras,
coloreando de silencios los recuerdos
porque joder,
el blanco y negro me mata.
 Me sabe a ayer
a pretérito siempre imperfecto
y agrisado.
 Y yo te había dibujado
con el cariño del artista a su paisaje
con rojos y verdes y amarillos y naranjas...
a mi lado.

¿Y cómo ahora te borro de mis lienzos mentales?
¿Cómo olvido tus colores y tus trazos?
Ya te tengo tatuada en mis pupilas,
ya he grabado tu compás en mis latidos,
reloj timonel de mis rutinas.

Probé  a quemar las hojas
donde mis letras
te habían dibujado:
Rodeada de palmeras, y silencios,
y baules con tesoros
de viejos libros con olor abuharillado.
Y vientos del sur, y hogueras
y tambores lejanos
Y rojos, y verdes, y naranjas, y azules,
y tú en el centro el paraíso,
el resto,
el paisaje adornando.

Ardan el sol y las sangres
y vuele yo con mi pluma libre,
de hoja en hoja,
dibujándote en palabras.
Tallándote letra a letra
hasta dejar pulida
la piel del alma.

Pues para hacerte eterna
nacieron mis manos,
por robarle al tiempo                                     
el privilegio efímero
de tu magia
y guardarla al cobijo
de una estrofa madriguera.

Y cuando vean mis versos
retorcerse
y adivinen en ellos,
su figura.

Cuando yo hable del mar
y ustedes sientan
el oleaje de sus caderas

Y escuchen una carcajada suya
entre dos sílabas cualquiera,
y yo grite a algún dios
gratitud de por vida
y ustedes entiendan
que el milagro es ella.

Cuando diga nostalgia
y ustedes añoren
aquel lunar de su mejilla  izquierda.

Cuando lean
y la vean y la sientan y la escuchen
con sus verdes, sus naranjas y sus rojos
no me busquen entonces,
no me busquen.

Habré partido
sin pluma ni cuaderno ni palabras
al lugar donde saltan al mar los poetas
una vez pulida
su obra maestra. 
Guayaquil. Ecuador Junio 2011
Pablo García-Inés