*Leer primero "Adioses como pedradas"
Estás hecha de adioses.
Toda tú
eres una gigantesca despedida.
Me sabes a aeropuerto,
a andén,
a filas de embarque,
a notas en la pared
y a promesas.
Demasiadas promesas.
Uno no se acostumbra a esta relación de tres
en la que siempre estorba el equipaje.
Estás hecha de ausencias
siempre tú
decorando mis ciudades
con nostalgias.
Desapareces
cuando te siento eterna.
Vuelas
cada vez que abres
el suelo bajo mis pies.
Tú,
que has deshecho tantos hombres
como maletas.
Yo,
que muero
por hacerte el amor
de los mortales,
tú,
empeñada en ser efímera
como de un sueño
o del recuerdo borroso
de una noche etílica.
Estás hecha de ratitos
de suspiros
de vaivenes.
Siempre bajo las órdenes
estrictas
de un calendario
cada vez más y más pequeño.
Te quiero
querer
a solas
pero siempre vigila
la pervertida mirada
del enorme reloj
de un aeropuerto.
Siempre
más ganas de ti.
Siempre
la misma frase:
-dáme tan solo
una más de tus noches-.
Vienes y vas
como las olas
y me dejas empapadas las mejillas
y te llevas la arena de los relojes
por los que no corre un solo grano
hasta tu vuelta.
Si vuelves.
Y tus adioses vuelven a ser como pedradas,
y los bancos repletos de parejas
que no visten nuestros nombres.
Y sigo haciendo de los bares un altar a tu recuerdo
rellenando con resacas tus vacíos.
Y ni rastro de ti por esa Roma
a la que me llevaron con embustes
todos los caminos del mapa.
Y ahora sí hasta aceptaría
un te añoro por el chat del caralibro
un me gusta en mi perfil izquierdo
o una tímida sonrisa por skype.
Cualquier cosa
que me sepa
levemente
a ti.
¿Y si vuelves?
Estás hecha de adioses.
Toda tú.
Si vuelves y dices hola
sin pasaje de vuelta
sin reloj, ni aeropuertos, ni nostalgias.
Si llegas
y te quedas…
…estás hecha de adioses…
si te quedas
no serías tú,
y puede
que entonces yo
tuviera que marcharme.
Magnífico, Pablo, magnífico poema.
ResponderEliminar