domingo, 13 de marzo de 2011

Hubiera sido marinero en tierra por ti


Hubiera sido marinero en tierra por ti.
Hubiese anclado cuerpo y alma
en el mar transparente de tu ombligo.

Hubiera escrito cada noche  versos en tu espalda
te quieros en el vaho de los espejos
y cuentos con perdices antes de dormir.

Hubiera dado cada paso por andar tu camino,
cada hoy por un mañana a tu lado
cada lágrima mía por hacerte feliz.

Hubiera convertido tus latidos
en el reloj timonel de mis rutinas
perdiendo mi tiempo perdiéndome en ti.

Hubiera guardado el silencio en cajitas de madera
para esos momentos transparentes
en los que tus ojos contaban todo lo que había que decir.

Hubiera creado un altar bajo tu almohada
agradeciendo al dios de tus cosquillas
amanecerme, amanecerte, amanecer.

Hubiera acariciado con líneas de sol tu espalda
colándome por las persianas viejas
de los rincones de dos almas hechas una.

Hubiera…si me hubieras dejado.
Si me hubieses permitido
un resquicio entre tus brazos
para colarme en ti.
Hubiera amado hasta quedarme hueco,
puro hueso, y lágrimas con sal.

Hubiera dado tanto y tantas veces…
tanto, y tantas veces,
que perderte fue perderme,
que olvidarte fue arrancarme pedacitos del alma,
y quererte fue endeudarme a una mirada
que mis versos no pueden pagar.

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