domingo, 13 de marzo de 2011

El sistema, la felicidad y el olvido.


 Cuanto más te da el sistema, mas sientes que le debes algo. Tu televisión, tu coche, tus calles sin ladrones ni mendigos, son deudas que el sentido de reciprocidad te invita a pagar. El precio pactado es el olvido. Evitar las preguntas incómodas acerca de los cadáveres y cenizas que cimientan el estado del bienestar. Olvidar que existe el Sur. Que el norte importa recursos a precio de circo y exporta las armas que crean ese caos tan rentable y los residuos que no puede tragar. El precio de la felicidad absoluta es la ignorancia voluntaria. Cerrar los ojos, emborrachar la conciencia en bacanales de consumo, y disfrutar del botín saqueado por los piratas económicos del libre mercado. Felicidad rentable. Olvido rentable. Ya no es necesaria la revolución…

PABLO GARCIA-INÉS

1 comentario: