Verano 2007-Territorio Zapatista liberado. Chiapas. México
Volveré a la civilización de los vencedores
con la derrota emanando en cada poro.
Con la rabia como único equipaje.
Ardieron el resto de lastres inútiles
bajo el sol de tez tostada,
oscura como la tierra,
como el ahora y el mañana.
El mismo sol que llena hoteles
quema los rostros de los hijos de la selva.
Rostros que se cubren para no ser nadie,
para no ser nada,
para ser tan solo aire y silencio.
Ojos dignos en una jungla huérfana de sauces llorones.
La dignidad de las sombras erguidas.
El eco de los ausentes en el festín del mundo
Llora el dios de la tierra maya.
Y cae desplomada la luna llena vacía de magia.
Herida, ejecutada.
Trofeo blanco en un cuartel de milicos sin alma.
Con las sangre aún fresca bajo el pasamontañas
Ahora, como los días, las noches serán oscuras.
Y las sombras serán más sombras.
Y no hará falta tejer pasamontañas.
Ni banderas.
Ejércitos de ojos marcharán entre maizales.
Y el mundo mirará a otro lado.
Coserá sus párpados con hilos de oro.
Y los tiranos encenderán las luces.
Y prenderán los campos.
Pero las sombras no arden
Ni existen a oscuras.
Temblarán los suelos al paso de la dignidad indígena.
Y la justicia de los sin rostro
sí recuerda la cara de los culpables…
Volveré a la civilización de los vencedores
con la derrota emanando en cada poro.
Con la rabia como único equipaje.
Ardieron el resto de lastres inútiles
bajo el sol de tez tostada,
oscura como la tierra,
como el ahora y el mañana.
El mismo sol que llena hoteles
quema los rostros de los hijos de la selva.
Rostros que se cubren para no ser nadie,
para no ser nada,
para ser tan solo aire y silencio.
Ojos dignos en una jungla huérfana de sauces llorones.
La dignidad de las sombras erguidas.
El eco de los ausentes en el festín del mundo
Llora el dios de la tierra maya.
Y cae desplomada la luna llena vacía de magia.
Herida, ejecutada.
Trofeo blanco en un cuartel de milicos sin alma.
Con las sangre aún fresca bajo el pasamontañas
Ahora, como los días, las noches serán oscuras.
Y las sombras serán más sombras.
Y no hará falta tejer pasamontañas.
Ni banderas.
Ejércitos de ojos marcharán entre maizales.
Y el mundo mirará a otro lado.
Coserá sus párpados con hilos de oro.
Y los tiranos encenderán las luces.
Y prenderán los campos.
Pero las sombras no arden
Ni existen a oscuras.
Temblarán los suelos al paso de la dignidad indígena.
Y la justicia de los sin rostro
sí recuerda la cara de los culpables…
MUY BUENA Y CONMOVEDORA POESÍA ,FELICITACIONES POR TU HERMOSO BLOG Y SALUDOS MUY GRANDE DESDE ARGENTINA.
ResponderEliminarmuchas gracias! me alegro de que te guste, un saludo desde Ecuador!!
ResponderEliminarLlorar con ellos,
ResponderEliminargritar por ellos,
el eco de los ausentes pide
tirar el equipaje
para poder seguir adelante
para no dar pasos, sino zancadas
para empezar a volar...
aire y silencio,
DIGNIDAD