Diría que a veces,
cuando el viento sopla fuerte
para barrer la plaza,
cuando todas las veletas apuntan
en dirección opuesta
al rincón que habitas,
me llega un sabor a ti que permanece
abrazado al paladar durante días
como un buen vino o una horrible resaca.
Recuerdo que teníamos entre las manos
un mundo pendiente por comernos,
e íbamos a construir un hogar sin patria
sobre la espalda de una vieja furgoneta.
Por aquel entonces
nos burlábamos del futuro
en el que ahora habito
sin ti, con miedo,
como una broma
sin gracia.
La vida que íbamos a compartir ocurre
lo sé por tus fotos tus amigos tus estados
de la red social en la que mora
el mundo gris que un día
quisimos parar y apearnos.
Ocurre la vida ocurren
las puestas de sol, el silencio, la sangría,
la piel de gallina, el pacharán, los balcones,
el escalofrío, el olor a buhardilla, el acorde de extremo,
el polvo en la orilla, la bienvenida con baile,
ocurren.
Ocurre en un mundo
en el que tú habitas
yo habito
pero no habitamos.
Y cómo duele esa tercera persona
del plural de nuestras vidas.
Y diría que a veces
cuando el viento arrecia
y me mueve las tejas
se me cuela la lluvia
y me calo entero
y en vez de apagarse
se aviva la llama.
en el que tú habitas
yo habito
pero no habitamos.
Y cómo duele esa tercera persona
del plural de nuestras vidas.
Y diría que a veces
cuando el viento arrecia
y me mueve las tejas
se me cuela la lluvia
y me calo entero
y en vez de apagarse
se aviva la llama.
Y me quemo.
Y diría que a veces
pareces cercana
como si ocurrieses tú
y el milagro ateo
de tu cuerpo derritiéndose en las sábanas.
Y diría que a veces
pareces cercana
como si ocurrieses tú
y el milagro ateo
de tu cuerpo derritiéndose en las sábanas.
Pero aquella Roma
hacia la que llevan
todos y cada uno de tus vientos
se acostumbró a las tempestades.
hacia la que llevan
todos y cada uno de tus vientos
se acostumbró a las tempestades.
Y ya no sopla por tu ausencia ni la brisa
que tantas velas llevó hacia tu arrecife.
¡Vuela, como siempre, vuela!
abandona el barco y la inocencia
como las ratas libres y el capitán cobarde.
que tantas velas llevó hacia tu arrecife.
¡Vuela, como siempre, vuela!
abandona el barco y la inocencia
como las ratas libres y el capitán cobarde.
Vuela, como el tiempo, ¡vuela!
pero no me pidas
compartir contigo
ni una sola tarde,
ni un solo madero,
del naufragio...
Pablo García-Inés
Octubre 2014
@pablogarciaines
pero no me pidas
compartir contigo
ni una sola tarde,
ni un solo madero,
del naufragio...
Pablo García-Inés
Octubre 2014
@pablogarciaines
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